Telebasura tu puta madre, guapa

16:05


La televisión es un medio educativo, sin duda. Una de las funciones de la TV es la de comunicar y difundir programas con ciertos valores éticos y de calidad. Es muy importante que seamos conscientes de que las cadenas de televisión son uno de los ejes básicos para el fomento de la educación de los espectadores. La televisión en sí misma es cultura y es educación, no sólo nos muestra un contenido si no que nos ofrece una visión del mundo, una psicología propia de éste. 

Ahora bien, como tal siempre da lugar al debate. ¿Todo lo que nos ofrece este medio es de calidad? ¿Deben establecerse unos criterios básicos a la hora de crear contenidos para este formato? Desde luego que existen, pero en esta sociedad los medios de comunicación no buscan ofrecer una labor educativa, por lo menos no es su objetivo principal. Simplemente se centra en la rentabilidad económica de dicha actividad sin importar ningún tipo de código ético o moral. Es entonces cuando aparece lo que denominamos como telebasura

Este término nace en los años ochenta en Estados Unidos y sobre los noventa se extiende al resto de países. La televisión estadounidense introdujo la violencia, el lenguaje soez y ofensivo en su parrilla a través de una serie de programas que se denominaron talks shows o realitys. En España damos las gracias a un programa que muchos recordaréis llamado Tómbola, con él asistimos al nacimiento de un tipo de televisión caracterizada por el morbo, el sensacionalismo, la venta de la intimidad y la falta de respeto detrás de una estética llamativa, de contraprestaciones económicas y con unos niveles de exigencia muy bajos. Estos programas carecen de principios, no respetan el honor, el derecho a la intimidad, el respeto o la inocencia escudados al amparo de la llamada libertad de expresión. 

Ahora bien, ¿Quién es el culpable? ¿Los medios? ¿Los espectadores? ¿El gobierno? Nadie admite ver este tipo de programas, pero éstos lideran las listas de audiencia. Su presencia en los medios tiene ya sus años como hemos visto, y cada vez son más los que nos ofrecen las parrillas de las cadenas.

“Terminaremos separando la telebasura como hacemos con el cartón, los envases y el vidrio”

Google me chiva que en el 2015 celebramos el 25º aniversario de la telebasura. Son 25 años de Tutti Frutti, de Contacto con tacto, de Aquí hay tomate, de Gran Hermano, de Sálvame te pido de otros 25 años más.

“Nunca Valle-Inclán imagino el esperpento tan grotesco”

De este año recién acabado qué formato se lleva el premio. Si he de quedarme con uno (está difícil, lo sé), me quedo con Las Campos. Me cuesta mucho encontrarle el sentido positivo, no entiendo qué interés tiene seguir a estas personas en su día a día, como si no tuviera bastante ya con el mío. He leído por ahí que es normal que me sienta así, que seguramente soy de los que piensan que Sálvame es acultural, que sólo veo gente gritando, según parece es que no estoy iniciado. Medio año lleva en la pantalla, y aunque no lo creamos el share le da la razón.

“El Share, Dios en la Tierra”

Y es que la televisión no tiene como esencia la educación sino el entretenimiento, una serie de estrategias simplonas y patéticas para vender una serie de estereotipos como el de la Navidad en casa de Las Campos. Una casa llena de muros, muros de odio hacía lo diferente, muros para separar en clases. Un odio cargado de menosprecio, menosprecio por las personas del servicio. Tratados como esclavos del siglo XXI, cuando su único delito es trabajar. Trabajar en una sociedad en la que existe un remarcado desprecio hacía las escalas bajas para recordarnos quien es el vencedor, quien es el que manda.

“Los del gallinero pueden aplaudir, los de los palcos basta con que hagan sonar sus joyas”

Este tipo de productos estimulan la mediocridad, es el pan y circo de nuestra era. Están claros los diferentes intereses tanto económicos como sociales que se esconden detrás de esta oscura realidad. Si analizamos nuestra sociedad desde estos puntos de vista nos daremos cuenta de que existen ciertos grupos de poder a los que no les interesa fomentar una conciencia crítica ante los diferentes acontecimientos sociales que se están produciendo. La sociedad capitalista se fundamenta en el poder, es éste el que posee la última palabra, por lo que el fomento de la cultura está supeditado por estos poderes. La sociedad actual se ha acostumbrado a tener las aspiraciones que nos imponen, no hemos acostumbrado a ser austeros con nosotros mismos. Hemos perdido ese afán de superación el cual queda satisfecho a través de esos héroes ficticios que nos construye la televisión.


En definitiva, debemos realizar un ejercicio de reflexión sobre la importancia que desempeñan estos medios, y aunque es importante crear un espíritu crítico es más importante tomar conciencia de la importancia de la educación como herramienta de prevención y cura para la culturización de esta sociedad.


Deja que tus sueños sean más grandes que tus miedos.

5 comentarios

  1. Enorme reflexión. Esto es lo que nos espera?

    ResponderEliminar
  2. Hasta que no se de prioridad a otros valores que no sean los económicos, nos va a tocar tragar o apagar. Yo prefiero la segunda opción.

    ResponderEliminar
  3. Impresionante reflexión.

    Creo que has verbalizado lo que, cualquiera que se interese por la educación (profesional o no), pensamos.

    Creo que las "normas" que existen para tener un control más inmenso adecuado de lo que se televisa, es precario, muuuy precario, y sobretodo cuando hablamos de programación infantil.

    Y de cara a la educación que proporciona la "caja tonta" a los adultos, te añadiré que me da vergüenza que se considere educativo... porque ni las noticias se salvan de dejar mucho que desear.

    Lo que tú has descrito es tal cual lo que ocurre 24h en antena.. sensacionalismo, salseo, interés económico... y en el fondo, es lo que la sociedad demuestra: al final es tan educativa, que la sociedad reproduce lo que le cuenta la tv.

    Espíritu crítico, espíritu de busqueda y contraste, preocupación esucativa para nosotros y nuestros hijos, alumnos, sobrinos...

    Bueno, en resumen, muy buena reflexión!

    ResponderEliminar
  4. Pues en cuanto al tema de las culpas...creo que quizás los espectadores tenemos bastante 8aunque creo que por aquí nos libramos bastante :P).
    El gobierno, cadenas, empresas, etc. etc. por supuesto tendrían que hacer algo, "protegernos", mirar por el bien común...pero al fin y al cabo, todos sabemos que buscan dinero, y al gobierno tambien lo elegimos nosotros! y en qué empresas comrar o no.

    En la tv, como en tantísimas cosas, los clientes tenemos un poder increbile...lo malo es que lo desaprovechamos, lo tiramos a la basura con cada decisión del día a día. Es simple: la demanda crea oferta, y si demandamos un mal gobierno, una mala calidad de tv, una mala alimentación, unos malos vicios (tabaco etc), etc..realmente podemos culpar a otros de que nos lo faciliten? cambiemos la demanda, y les obligaremos a cambiar a ellos.

    Quizás antiguamente era mas difícil, pero hoy día tenemos muchisimas maneras de buscar informacion y actuar en conscuencia..ok, siempre quedará algo que falte, o nos manipularan o engañaran en algo, pero muy poco en comparación a lo que nos pasa hoy día, y si queremos saber la verdad y tenemos un poco de logica/coherencia, lo mínimo es intentarlo.
    Pero la gente no "tiene tiempo" o pasa directamente, o lo que es lo mismo, no lo considera lo suficientemente importante como para informase. Si eso no cambia, si nosotros no cambiamos, todo seguirá igual.

    En el fondo tampoco hemos cambiado tanto a lo largo de los siglos..pan y circo.

    ResponderEliminar
  5. Buen tema para un debate, si duda. Se trata de un tema con gran diversidad de opiniones y puntos de vista. Como educadora creo que es imposible negar que es un medio y un recurso educativo dado que nos encontramos en una era tecnologíca, pero personalmente coincido en que no es el objetivo principal y de ahí la importancia y necesidad de seleccionar lo que ven nuestros hijos y alumnos. Claro que estos criterios también son subjetivos ya que no existe una norma o unas pautas que nos indiquen la calidad de lo que estos medios nos ofrecen.
    En cuanto a la telebasura, está claro que podemos hacer una gran lista de posibles causas que fomenten este tipo de programaciones pero no llegaríamos q ninguna conclusión clara, es más culpable el que lo crea que el que le da audiencia? Tiene la culpa el que permite que esto suceda? Sin duda "todos" aportamos nuestro grano de arena pero es indudable que cada vez existen más programas de este tipo. Esto, bajo mi punto de vista, vuelve a corroborar el que la televisión no es un medio pensado para educar.
    Queramos o no es un medio que interfiere en nuestras vidas y las de nuestros pequeños y cada uno debe elegir y tomar la decisión de en qué y cómo gastamos nuestro tiempo.
    Y en cuanto al ámbito educativo, somos nosotros como adultos los responsables de elegir cómo y con qué tipo de programas dejamos que nuestros pequeños construyan sus aprendizajes.

    ResponderEliminar